Hemos oído hablar que el uso de bidones recuperados es una buena práctica, ya que evitamos el maltrato del medio ambiente reduciendo la expulsión de CO2 al mismo, y es cierto, pero ¿nunca te has preguntado cómo se realiza este proceso de recuperación? Ahora te lo vamos a contar paso a paso.
El re-acondicionamiento de bidones metálicos
El re acondicionamiento de Bidones metálicos es un proceso que consiste en la recuperación de bidones de metal tanto de ballesta como bidones metálicos de dos tapones que previamente han pasado por un proceso de fabricación y han sido utilizados por una empresa.
El equipo humano que en Ecobidón se encarga del re acondicionamiento de los bidones, está altamente cualificado y formado para la ejecución perfecta del trabajo. Así mismo la maquinaria que interviene en el proceso, es previamente comprobada, engrasada y preparada para:
– Obtener las correctas temperaturas tanto en su atmósfera como en sus cubetas de lavado.
– Correcto ajuste de manómetros para comprobación de estanqueidad y presiones de lavado.
– Verificación de las boquillas de pintura para el proceso final.
Lavado de bidones, secado y personalizado
El proceso de reacondicionamiento y recuperación de bidones metálicos, comienza con la carga de bidones en la línea, donde se comprueba que sean de las características que se indican en la orden de producción, y donde se les practica un primer control de calidad consistente en una prueba de estanqueidad. Aquellos que no superan esta prueba son retirados automáticamente de la línea de reacondicionamiento.
Previamente se ha procedido a comprobar su estado interior, escurrir los restos de producto que pudieran contener y a eliminar las etiquetas.
Tras el lavado y secado interior, los bidones pasan por un control de calidad donde se revisa, uno por uno, el estado interior del bidón después del lavado, rechazando los no conformes.
Una vez superado este control de calidad, pasan a la cabina de pintura donde se les aplica el color de acuerdo con las características demandadas por el cliente. Esta aplicación de pintura puede ser de un solo color o de dos.
Una vez fuera de la cabina de pintura y transcurrido unos minutos de secado, se realiza otro control de calidad con objeto de detectar posibles imperfecciones, burbujas o descuelgues en la envolvente y tapas superior e inferior.
Una vez pintados, van colocándose en función de las tareas posteriores a realizar (marcado homologación, serigrafía personalizada, colocación en palets y retractilado), para su expedición al cliente.
De esta forma, un bidón que ya ha sido utilizado pasa a tener una nueva vida, cumpliendo el objetivo medioambiental de reacondicionar los envases.